Creemos que conocemos la historia de los
sabios de oriente sin necesidad de leerla en la Biblia. En nuestra
cultura es una historia conocida…
¿De verdad crees esto?
Si eres de los que piensan así, lamento
decepcionarte. Según Mateos 2:1-12 hay datos que nos hemos inventado sobre los “Tres Reyes Magos”. No dice que
fueran tres, ni que se llamaran Melchor (con barba blanca), Gaspar (el de la barba oscura) y Baltasar (más conocido como “el rey negro”), ni dice
nada de que fueran reyes... ¡Ah! Y cuando llegaron a ver al niño, Jesús
ya no estaba en el pesebre, ¡sino en una casa de Belén!
Sí, lo sé… Acabo de romper tu estructura mental del portal de Belén. Al menos espero que esta sorpresa te anime a leer esta porción de la Biblia. No des por hecho todo lo que te cuenten.
Lo que sí podemos saber es que eran personas con
estudios, con conocimientos en astronomía, y conocedoras
del antiguo testamento. De hecho responden a la curiosidad de Herodes
con una porción escrita por Miqueas en el Antiguo Testamento. Estudiando encontraron las señales que Dios puso para que
encontraran al niño. Pero, lo que me llama la atención es que no se
conformaron con saber. Cogieron sus cosas y emprendieron el camino para
buscarlo.
¿Y tú? ¿Te hubieses conformado con saber que iba a nacer el hijo de Dios? ¿O hubieses tomado la decisión de ir a verlo?
Hoy en día no tenemos problemas para leer la
Biblia. Muchos no lo hacen. Pero, por otro lado, también hay otros que
se la saben de “pe a pa”. Pero, tanto conocimiento de Dios y de
Jesucristo, no sirve de nada si en nuestra vida diaria no
lo buscamos. ¿No te recuerda a los "Cristianos Chupa Chups"?
Jesús tuvo la iniciativa al venir a la tierra como un
niño para morir y resucitar por nosotros. Inició la relación. Pero, las relaciones dependen de dos. Por mucho que nos deje
la puerta abierta, si nosotros no tomamos la decisión de cruzarla,
no estaremos con Él. Nuestros conocimientos no valdrán de nada.