miércoles, 26 de marzo de 2014

Esfuérzate y se valiente

¿Es posible ser campeón en algún deporte sin entrenar mucho todos los días?¿Es posible hablar otra lengua sin estudiarla y practicarla con frecuencia?¿Se puede llegar a sacar la mejor nota en una asignatura sin estudiar ni hacer los ejercicios diariamente?
Para lograr el éxito en cualquier área hay que entregarse a ello, y perseverar.

De la misma forma, si quieres que te vaya bien, necesitas invertir tiempo en la lectura de la palabra de Dios: estudiarla y practicarla todos los días.

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará
(Salmos 1:1-3)

Es muy importante obedecerla. De nada sirve sabértela de memoria y que después hagas lo que quieras sin tener en cuenta lo que dice el Señor. A veces nos cuesta mucho, a mi la primera, porque nos dejamos llevar por las cosas del mundo a la primera de cambio, pero Dios dice que seamos "fuertes y valientes" para enfrentar cualquier cosa que nos pueda acontecer.

A Josué (Josué 1:1-9) le dijo tres veces "esfuérzate y se valiente" ¿Por qué se lo repetiría tanto?
Creo que porque nos conoce y sabe que nuestras fuerzas flaquean y nos venimos abajo con facilidad. Por eso nos dice que meditemos en su palabra día tras día, para que nuestras fuerzas se mantengan y así hagamos las cosas según su voluntad.


Aclaro, apara que nadie se confunda, que cuando hablo de éxito no me refiero a riquezas o popularidad, sino a llegar a la meta señalada por Dios. Esto dependerá de nuestra obediencia personal, reflexión, consideración y lectura de la Palabra de Dios.

martes, 18 de marzo de 2014

Creemos lo que hacemos

Muchas veces nos engañamos a nosotros mismo. Pensamos que decimos lo que creemos, pero yo diría que, más bien, lo que creemos, es lo que hacemos.

Dios dice:


Y es que, las palabras se las lleva el viento, porque realmente lo que acabamos decidiendo hacer es el resultado de nuestros pensamientos. ¿Verdad?

Si crees que eres un buen cristiano, que todo te va bien y no te ha saltado el pilotito de: "Advertencia, estás equivocado", más vale que vayas a que te lo arreglen, creo que te ha dejado de funcionar. No seas un cristiano acomodado, de los que piensan que están bien tal y como están. Busca dar fruto en tu día a día, pero no para ser un cristiano "espiritual" que busca la aprobación de los demás, sino solo para dar gloria a Dios.

Deja de decir, empieza a hacer.

domingo, 9 de marzo de 2014

Poner los estudios en mano de Dios

Desde hace un tiempo hasta ahora he tenido la posibilidad de compartir el por qué llegué a estudiar la carrera de Psicología. Hoy voy a hacerlo con vosotros, quizás os sirva de guía si sois de los que, como yo, no tenía una vocación en particular, y no sabía qué hacer con mi futuro.

Los estudios siempre se me han dado más o menos bien. Hasta 4ª de ESO saqué notas muy altas, y en bachillerato, salvo en idiomas (que me costaron un poco), pude mantenerme con una media bastante buena. Pero llegaba el momento de decidir, tenía que decantarme por algo, pero la verdad es que no había nada que me llamara mucho la atención. 

Opté por elegir un Módulo de Grado Superior de los que había en mi instituto. Todo bien, me concedieron la plaza sin problemas y tenía el centro de estudios a cinco minutos de mi casa. Sin embargo, mi padre me dijo:

- Sara, te va bien en los estudio, ¿por qué no te sacas la selectividad? Si después no quieres hacer ninguna carrera, al menos ya tendrás el acceso hecho por si más adelante te interesa...

Detrás de las sabias palabras de mi padre estaba Dios, en ese momento no era consciente de ello, pero una vez que ha pasado el tiempo te das cuenta de todo.

Me presenté a la selectividad, con la sorpresa de aprobar todo sin demasiados problemas (salvo el inglés, que para seguir en mi linea me costó un poco, pero gracias a Dios lo aprobé).

De nuevo mi padre me dijo:

- Sara, ya que has aprobado, ¿por qué no miras si hay alguna carrera que te interese? Total, si al final no entras o no te gusta, siempre puedes entrar al módulo en el que te han aceptado.

¡Ay mi padre! ¡Qué bien lo usó Dios en mi beneficio!

Cuando empecé a informarme de las carreras que habían... Hice una selección muy reducida. Solo dos me llegaron a interesar: Psicología y Logopedia. Cuando las escribí en la inscripción oré: "Señor, que sea lo que tu quieras, porque yo no se que es lo mejor para mi". A los días fui a mirar si había entrado en alguna de las dos carreras. Mi nombre aparecía en los inscritos en Psicología, además en el mejor turno, el de mañana.

Fue un verano difícil de olvidar... No me acababa de creer que fuera a entrar en una carrera. Tened en cuenta que nunca llegué a planificar exactamente qué quería estudiar. Además, Psicología. Jamás en la vida me planteé estudiar eso, salvo cuando lo leí en el listado de carreras. No paraba de pensar: "Señor, ¿tu estás seguro de lo que has hecho? ¿Qué hago yo estudiando eso? ¿Realmente me ves trabajando de psicóloga? Con lo tímida que soy... ¡Si salir a hablar delante de la iglesia me cuesta una barbaridad! ¿Cómo lo voy a hacer?" Me sentía un poco como Moisés cuando le decía a Dios que no era capaz de hacer lo que le había mandado.

Pasó el verano, llegó el momento de empezar. La noche anterior volví a orar: "Señor, mañana empiezo la universidad. Sabes mis inseguridades, solo te pido que me hagas saber pronto si realmente esto es para mi, y sino dímelo cuanto antes. Que sea lo que tu quieras" Ahora me hace gracia, ¿os dais cuenta de como volví a dudar de lo que Dios estaba planeando? 

Solo puedo decir que mi primer día de carrera fue IMPRESIONANTE. Me encantó. Entonces supe que si, eso era para mi. Dios no se estaba equivocando. Seguía sin saber cuales eran sus intenciones para mi vida pero, ya no me importaba, sabía que fuera lo que fuera sería lo mejor. ¡No podía parar de dar gracias a Dios!. Y, ¿sabéis que? Sus planes son siempre mejores de los que pensamos y, si le dejamos, nos va moldeando. 

Antes de terminar la carrera empecé a dar clases con los chicos/as de mi iglesia, llevo cerca de 10 años haciéndolo, colaboro en un punto de misión con los niños/as, además de ponencias en la universidad he podido hacer dos, relacionadas con la psicología en la iglesia a la que voy (¡con el pánico que me daba hablar delante de la gente!) y trabajo de lo mío relacionándome con decenas de personas a lo largo del día. Si Dios puedo trabajar conmigo, también lo puede hacer contigo.


Con esto, lo que quiero que sepáis, sobre todo los que aun no sabéis que hacer con vuestro futuro, es que, lo primero que debéis hacer es orar. Pero no orar pidiendo lo que queréis, sino diciendole a Dios que haga su voluntad en vuestra vida. Creo que es el mejor consejo que os puedo dar. Da igual lo que estudies, sea una carrera, módulo o título de especialidad de cualquier tipo. Dios la puede usar de bendición para su obra.

Espero que os haya servido, que el Señor os bendiga.

martes, 4 de marzo de 2014

Conexión

Vivimos en la era de la comunicación al instante. Dependemos de ordenadores, móviles y otras máquinas con las que nos conectamos. Además, tenemos muchas aplicaciones para hablar o enviarnos mensajes. Pero...¿qué pasa cuando alguna aplicación falla? ¿Y si de repente te quedas sin batería y se te olvidó el cargador?

A veces pasa algo así con nuestra relación con Dios. Podemos relacionarnos con Él de muchas formas: oración, alabanzas, observando su creación,... Pero a veces falla la comunicación, no porque Dios se quede "sordo", sino porque hay cosas que debemos arreglar.


¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra conexión (relación) con Dios?

1. Purificarnos

Cuando deseas de verdad seguir a Jesús no quieres pecar, sin embargo, ser cristianos no nos hace perfectos.

"Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí." Romanos 7:18-20

Aunque seamos salvos seguimos pecando, pero aun así podemos entrar en la presencia de Dios ¿Cómo? Arrepintiéndonos de corazón (no de palabra). Pidiendo a Dios que nos purifique de nuestros pecados, para estar conectados a Él y que esas manchas no nos separe.

2. Estando en paz con todos

"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" Mateo 22: 37-39

Estos mandamientos abarcan todo. ¿Cómo puedes hablar con Dios sabiendo que hay alguien que está mal contigo? Ve y reconciliate, el Señor te estará esperando. (Mateo 5: 23-24)
Ya, se que no siempre te será posible, no todos quieren reconciliarse. A veces el rencor y el orgullo nos supera... Pero al menos debemos intentarlo. Si la otra persona no acepta la reconciliación sera ella la que responda ante Dios.

"Si es posible, y en cuanto dependa de vosotros, vivan en paz con todos" Romanos 12:18

3. Busca la dirección del Espíritu Santo

El Espíritu Santo habita en nosotros, intercede ante al Padre por nosotros, buscando la voluntad de Dios.

"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos." Romanos 8:26-27

Además, recarga la batería en la Biblia, no la dejes para cuando estés al 1%. En su Palabra está la dirección correcta.

Debemos estar en permanente conexión con Dios.