Si vas a celebrar la Cena del Señor con tu congregación ¡recuerda haber
comido antes! Porque no es lo mismo conmemorar la Cena del Señor que
ir a comer y a beber a la Cena del Señor.
En la mayoría de las iglesia no se hace como hizo Jesús. En la cena, en ese mismo momento, partió pan y, seguramente en trozos más grandes de lo que estamos acostumbrados. Para recordar la sangre usó vino (no mosto) en una copa en la que todos bebieron.
Ahora es todo más minimalista: su cuerpo lo recordamos con pequeños
cuadraditos de pan (normalmente pan de sándwich que es más fácil de
cortar) y pequeños vasitos individuales de usar y tirar con un sorbo de
vino o mosto (para los que estén tomando pastillas). Con ello no
critico nada, sólo quiero detenerme en que nos vamos amoldando a los tiempos, cosa que no veo
mal mientras lo central no varíe. En este caso, mientras no nos
olvidemos que nos reunimos para conmemorar el sacrificio de Jesús por
nosotros. Y que lo hacemos no sólo en comunión con Jesús, sino también
con los demás que están participando, como Jesús hizo con los
discípulos (Lucas 22:15-16) aun sabiendo que uno de ellos le iba a traicionar (Mateo 26:26).
No repitamos los mismos errores que la iglesia de Corinto (1º Corintio 11:17-22)
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