miércoles, 24 de diciembre de 2014

¿Cómo tener un buen ambiente laboral?

Es curioso, en la Biblia puedes encontrar aplicaciones de todo tipo. En la actualidad hemos escuchado hablar del "clima laboral", pero en la Biblia hace tiempo que ya se trató ese tema.
El problema es que no se pone en práctica.

Efesios 6:5-9 nos habla del siervo y el amo, que según el contexto cultural de aquel tiempo se viene a referir al empleado y al jefe de hoy en día.

A los trabajadores Dios nos dice que seamos responsables con nuestras propias tareas, de forma sencilla, correcta, sin buscar destacar (si se hace las cosas bien las recompensas vienen por si solas) y con buena actitud.


Quería parar un momento en esto último, la actitud. De nada sirve que hagamos todo perfecto si lo hacemos de mala gana, con "cara de pasa". ¿Por qué? Porque eso influye en el clima laboral, en nuestras relaciones con compañeros, y, por supuesto, con nuestro jefe. 

Obviamente no podemos estar todos los días felices o con un buen grado de positivismo, somos personas y vivimos en determinadas circunstancias que cambian. En esos momentos es bueno que oremos y dejemos nuestra vida en las manos de Cristo para estar más tranquilos, y que todo eso nos influya lo menos posible en nuestro trabajo. También es cierto que, si cumplimos en la medida de lo posible todo esos consejos, el día que tengamos un problema o nos sintamos con menos fuerzas para echar nuestro día laboral porque sea de mucho estrés, será más fácil que obtengamos comprensión y ayuda de nuestros compañeros y jefe/a.

Los jefes/as tampoco se libran de este tema. Dios dice que no pueden amenazar a sus empleados y que deben de pensar en ellos como iguales, es decir, como personas que son, ya que a ojo de Dios todos somos iguales. No quiere decir que deje de hacer su trabajo para hacer el del empleado y éste viva la "buena vida", sino que debe ponerse en su lugar y no demandarle más de aquello que realmente puede, o aunque pueda, no se pase de la raya aprovechando su posición de superioridad.

En conclusión, que si aplicáramos (y me incluyo) lo que la Biblia dice en nuestros trabajos (tengamos la posición que tengamos) seríamos más felices. 

¿Y si empezamos a aplicarlo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario