miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Huir o confiar?

Es fácil escuchar de la boca de un cristiano su intención de seguir la voluntad de Dios. Pero, ¿qué sucede si finalmente la respuesta no es acorde a nuestros deseos?
Decimos:

- ¿Señor, estás seguro de lo que pides? Te estás equivocando, no soy la persona adecuada.

A continuación, sacamos una larga lista de objeciones en la que nos escudamos. Intentamos hacer entender a Dios que lo propuesto es imposible y no saldrá bien.

Cada vez que llegan a mi estos pensamientos, me acuerdo automaticamente de Moisés. Él se excusó varias veces ante Dios para poder evitar el cometido que le daba, no terminaba de confiar. Sin embargo, ¡Dios le estaba dando la solución a todos los problemas que le exponía! 
Lo que más me llama la atención es cuando, en el intento de hacer reaccionar a Moisés, Dios dice:

- ¿No soy yo Jehová? (Éxodo 4:11)

O lo que es lo mismo, ¿no soy yo Dios? ¿Tu creador? El Señor le había salvado la vida cuando aun era un bebé. Había crecido rodeado de gente con recursos, no pasó hambre y sus estudios fueron los mejores. Todo iba bien hasta que se equivocó y huyó. En vez de enfrentar la situación se fue, pero cuando Dios tiene un plan para nuestra vida siempre da otras oportunidades para que todo se de según su voluntad. Nos conoce a la perfección, con todas nuestras debilidades y fallos. No nos pedirá algo sin darnos los recursos necesarios para ello.

Cuando llegue el momento, ¿huirás o confiarás?



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