sábado, 3 de octubre de 2015

La iglesia local

Cuando decimos que Dios habla a la iglesia, tendemos a pensar en la iglesia universal (todos los cristianos) o en nosotros en particular (el "yo" como parte de la iglesia). Nos vamos a los extremos. Sin embrago, Dios también habla a las iglesias locales y, muchas veces, ignoramos este punto.

Leyendo las cartas a las iglesias en Apocalipsis 2 y 3 podemos ver el conocimiento profundo que Dios tiene de cada grupo. Y el objetivo o meta que guarda para cada iglesia local. Y es que no sólo es la "iglesia que me pilla más cerca", "donde están mis amigos" o "donde estoy acostumbrado a ir". Se trata de una parte del cuerpo universal de Dios con un/os objetivo/s.

Cuando Juan escribe, por revelación, estas cartas, había más de siete iglesias locales. Probablemente representan de forma simbólica a todas las iglesias de Cristo. En las cartas Jesús alaba las cosas que hacen bien pero también les "tira de las orejas" para que cambien lo que deben corregir.
Siempre me ha llamado la atención esta insistencia: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Se repite en cada carta, ¿será que somos duros de oído cuando no nos interesa? 

Nuestra iglesia local debe aprender sobre todas estas cosas, examinarse y mejorar. ¡Ojalá podamos formar parte de una como Esmirna o Filadelfia! Éstas no recibieron condenación (es difícil, pero no imposible). Pero para ello, ¿estamos dispuestos a escuchar como iglesia lo que Cristo nos dice? ¿Aunque no todo sean halagos? 
Dios tiene metas para nuestra iglesia local, ¡actuemos como cuerpo suyo!





No hay comentarios:

Publicar un comentario