miércoles, 2 de abril de 2014

La Biblia, nuestra brújula

Dios nos ha preparado un camino, el mejor, pero somos nosotros quienes tenemos que decidir andarlo o no. Te aseguro que no es el camino más ancho, corto, fácil o atractivo a simple vista, pero si el mejor y más seguro para llegar a la meta, estar con Él.

Puede que seas cristiano, e inicies el buen camino con ganas, pero aun así debes tener cuidado. El enemigo intentará distraerte. Por ejemplo, puede ponerte una piedra y, si no estás atento, te hará tropezar y caer. Es decir, en tu día a día puede tentarte con cualquier cosa que llame tu atención y desvíe tu pensamiento a lo que no está bien, provocándote malestar y problemas de distinto tipo. Si no tienes la suficiente confianza en Dios, te quedarás mucho tiempo lamentándote de lo sucedido, sin querer escuchar, e incluso, puede que le acabes echando la culpa al Señor por no avisarte, pero ¿realmente quien tuvo la culpa de tropezar? ¿A caso te obligaron a no mirar por donde andas?

El enemigo también puede hacer que, a mitad de camino, quieras cambiar de sendero. A veces, si no tenemos la suficiente fe o no nos alimentamos con la Palabra como debiéramos, empezamos a escuchar al mundo que nos rodea, que nos anima a ir por el camino fácil. Nos dice:
- ¡¡¡Cuántas cosas te estás perdiendo!!! 

Y nos enseña atajos para desviarnos...

Pero Dios no nos deja, su misericordia hace que podamos volver a Él en cuanto nos arrepintamos. Pero, es mejor no llegar es eso, ¿no? Si no, realmente lo que pierdes son bendiciones de Dios durante el tiempo que vas separado de sus cosas. Además, el camino estrecho guarda en su interior lugares maravillosos, a los que solo accedes cuando el camino es el correcto.

Si alguna vez habéis ido de senderismo os habréis dado cuenta que los caminos más anchos y fáciles de andar, con mucha frecuencia ofrecen una vista poco expectacular, incluso, a veces desértica. Y, con más frecuencia, los senderos estrechos y con cierta dificultad pasan por lugares preciosos, frondosos, y con un paisaje que nos alegra la vista.

La Biblia es como una brújula que muestra el camino que debemos andar. Para no perderte, deberás usarla, sino, te aseguro que no acabarás en un buen sitio...


Salmos 1
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.

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